27.9.15

Woody y el comenzar

Esta vez sí sabía que la nueva película de Woody Allen, Irrational man, se iba a estrenar el 25 de septiembre. Cursé una invitación, que no fue atendida, y en la primera sesión del viernes de estreno fui solo al cine. Era a las cinco de la tarde. El paseo de media hora hasta el Albéniz, con el sol de principios de otoño (un otoño aún de manga corta), dejaba un picorcillo como de comenzar. De comenzar o de acabar. De comenzar. De acabar. Hace tres años era decididamente de comenzar. Esta vez era de acabar. De acabar para comenzar. La película me gustó, pero me da lo mismo. Un Match Point 2, podría decir. Pero es que me da igual. ¿Cuántas películas de Woody quedan? En diciembre cumple ochenta años. A la salida recibí una llamada: de acabar. Pero la recibí con alivio: porque desemboca en otro comenzar. Simplifica las cosas. Despeja el horizonte. Decidí también acabar con lo otro. Para comenzar. Cogí el autobús de la costa y me bajé a la altura del hotel Pez Espada. Pensé entrar a tomarme un dry martini, pero al día le quedaban pocos minutos y preferí irme a la orilla a tomar imágenes: